Alberto René Larraguibel Morales, nació en Angol el 30 de mayo de 1919, ocupó el cargo de comandante del Regimiento de Caballería № 3 «Húsares» del General José Miguel Carrera y Verdugo en el periodo 1966-1968. Como jinete, tuvo varios logros en la equitación —entre ellos, dos medallas de oro en los Juegos Panamericanos de 1951; el principal fue la plusmarca de salto alto, que batió en Viña del Mar el 5 de febrero de 1949 junto con su caballo Huaso al saltar 2,47 metros. Siendo este record mundial el primero para Chile en su historia.
EL CABALLO
El imbatible caballo nació en la primavera de 1933, en el sur de Chile, hijo de padres pura sangre inglés nacidos en Argentina, que después fueron traidos a Chile. Lo bautizaron con el nombre de Faithful que significaba “fiel”. Fue preparado para carreras, pero recién a los 6 años ganó tres y a los 7 años ganó otras más, No obtuvieron con él el rendimiento que esperaban. En 1940 deja los hipódromos y por $4.000 de la época es adquirido de forma particular por por el Capitán Lueje G. de la escuela de caballería de Quillota, jinete militar que lo dedicara al adiestramiento, sin embargo, tampoco se consiguió mucho en ese campo. En una de sus primeras sesiones, mostró una indocilidad al desobedecer a las ayudas de sus jinetes, en un instante comenzó a retroceder de forma tan violenta que se estrelló con un fierro de soporte que se enterró en su nalga izquierda, se le pidió al veterinario Gastón Galleguillos Ramos que lo sacrificara para evitarle mayores sufrimientos. El capitán Galleguillos recomendó no sacrificarlo y lo sometió a un tratamiento médico. Con el tiempo el caballo Faithful sanó pero no pudo seguir dedicandose al adiestramiento.
En una oportunidad, en la que el caballo estaba trabajando suelto en el picadero cerrado, saltó limpiamente uno de sus muros hacia el exterior. Este tenía aproximadamente 2.0 metros de altura, si se considera que el picadero es de arena suelta, se estimó que Faithful, había saltado una altura superior a los 2,30 mts. este hecho ecuestre casual o imprevisto, fue presenciado por dos distinguidos y experimentados maestros de equitación, los capitanes Rafael Montti y Guillermo Castro; fue en ese momento en que se decidió el destino de Faithful, es decir, el salto en altura.
En 1947 el caballo es adquirido por el ejercito y enviado a la escuela de caballería de Quillota, bajo la dirección del coronel Benjamín Rodriguez Artigas, que dispone la entrega de Faithful al teniente Alberto Larraguibel. En esos dos años previos al salto, el caballo demuestra una gran capacidad, lo que anima a los directivos a pensar en el record mundial. El cambio de nombre se produce por las esperanzas de triunfo que tenían argumentando que debía tener un nombre nacional, por eso lo rebautizan “Huaso” a fines de 1948.
Once años se mantuvo el record mundial de 2,44 metros marcado en 1938 por el Capitán Antonio Gutierrez del ejercito Italiando montando su caballo Ossopo, durante estos años los mejores equitadores de caballos del mundo intentaron afanosamente batir el record mundial. Chile desde 1944 comienza a participar regular y sistemáticamente en competencias de salto de altura destacando dos caballos, Chileno y Huaso, este último saltando 2,18 metros en una competencia en la cancha Coraceros el año 1946 montado por el Capitán Rafael Montti Roa. Posteriormente Chileno el año 1948 montado por el Teniente Riquelme en la pista de la escuela de caballería lograba el primer gran triunfo chileno de magnitud internacional al batir el récord sudamericano con la marca de 2,33 metros la que sería de muy corta duración ya que pocos días después Huaso montado ahora por el teniente Larraguibel imponía una nueva marca sudamericana con 2,37 metros viéndose ya la posibilidad de derribar el primado italiano.
EL SALTO EN PALABRAS DE LARRAGUIBEL
“Me dirigí a la cancha y en la entrada noté mucho nerviosismo, todos me apuraban. Me fui a la nave y ordené al soldado caballerizo que me siguiera e hiciera todo lo que yo le ordenara. Le dije: dale una vuelta al caballo alrededor de la pista y déjalo y que coma algunas hojas si quiere. Así lo hizo, y el caballo, nervioso, le dio tarascones a las matas de cardenal que cuidadosamente adornaban el recinto”, recordaba el jinete chileno.
“Dimos una vuelta más, mientras todos insistían en que yo montara. Deseaba que el caballo viera al público y se tranquilizara. Ante tanta insistencia, no me quedó más que subir a mi cabalgadura, lo que hice con toda calma”, continúa el relato de Larraguibel.
“En el primer intento, Huaso rehusó. Si lo hubiera huasqueado, se habría puesto nervioso, porque un animal se da cuenta cuando se le está pidiendo algo superior a sus fuerzas. En el segundo intento debo haberme equivocado en un centímetro, porque Huaso pasó las manos, pero rozó con el vientre y las patas, botando la vara”, explicaba.
“Volví a desmontar y a medir las distancias, una y dos veces; el Mayor Montti se colocó en un lugar determinado para dar el ‘ya’ desde donde debía empezar a apurar el caballo. Lo conduje por última vez frente al salto, le hablé, lo acaricié, le transmití toda mi fuerza y mi fe y le dije: ‘Huaso, esta es nuestra oportunidad. Ahora o nunca'”, graficaba.
“Entonces picó justo donde me lo había fijado y en un accionar mágico de elasticidad, potencia, decisión y armonía, voló por el aire, salvando el obstáculo con cero faltas”, sentencia para llegar al récord mundial de 2,47 mts.
“El momento más difícil fue la cúspide del salto. Mis ojos estaban a cuatro metros de altura y tenía la sensación de caer en picada. La más leve vacilación en mí, Huaso la habría sentido. Habría dejado sus patas atrás y hubiéramos rodado juntos”.
“Pero pasamos. Fue un momento eterno. No escuché un sólo grito. Y pensé que algo había salido mal aunque no sentí caer las patas”. En ese momento, la banda del ejército comenzó a intepretar el Himno Nacional de Chile. Y no era para menos: Huaso voló hacia el cielo.
HUASO
Después de batir el récord mundial de salto alto, Huaso pasó a un merecido descanso en la Escuela de Caballería del Ejército en Quillota, donde tenía el derecho de pasearse por los prados y jardines sin que nadie lo montara hasta el día de su muerte.
Murió el 24 de agosto de 1961, a los 28 años de edad, sus restos cubiertos por la bandera Chilena, recibieron el homenaje en una solmenne ceremonia realizada en el picadero de la Escuela de Caballeria, para después trasladarlo al cementerio de caballos, donde una placa de mármol señala: “Huaso, 1933-1961, Campeón Mundial de salto alto 2,47 metros, 5 de febrero de 1949”.
El 06 de enero de 1998 sus restos son exhumados y trasladados a su sepultura definitiva, en el amplio parque de la Escuela de Caballería, donde se levantó un monumento a su memoria y construyó una réplica del obstáculo saltado.
HUASO EN PALABRAS DE ALBERTO LARRAGUIBEL
“Caballo Huaso, mi compañero, tu nacimiento, con una estrella blanca en la frente, marcó tu destino. Me imagino verte, en tu primer día de vida, corriendo alborozado y juguetón, en las verdes praderas de nuestros campos del sur. Nacido en esta tierra, y de noble estirpe, producto de la selección de invictos antepasados, había en ti el impulso y el valor de tus lejanos antecesores”. “Así como ocurre entre los hombres, que afinidades profundas establecen lazos de simpatía y mutua comprensión, forjando amistades que el tiempo no logra destruir, así también, se produjo un entendimiento entre tu jinete y t u nobre ser”. “Habías conquistado para Chile un galardón deportivo mundial, gracias a tu valor que puso alas en tus músculos. Te habías convertido, entre los de tu especie, en un moderno pegaso de esta tierra”. “Ahora, ya estarás galopando por esos campos azules donde van los nobles compañeros de nuestro recuerdo. Allá en esas praderas siempre verdes, estará tu espíritu de noble caballo triunfador. Y aquí, tus restos mortales quedarán sepultados en el que fuera tu hogar, en la Escuela de Caballería, para memoria y ejemplo. Hoy, por última vez, en tu honor, los vibrantes clarines lanzan al aire los sones de la Plegaria del Caballo, tal como los escuchaste en tus días de victoria. Huaso, el binomio inseparable de caballo y caballero se ha roto al filo acerado del sable de la muerte. Por eso, el jinete que tuvo la honra de montarte, te da estas palabras de despedida. Tu estampa airosa y trinunfadora vivirá para siempre en su memoria y te prometo, que aún cuando el polvo de los años cubra los laureles que tu supiste conquistar, esos laureles estarán verdes eternamente verdes, en el cofre de los recuerdos que todos guardamos en un rincón del corazón”. Huaso, viejo amigo y compañero, recibe mi emocionado y postrer adiós”.
En todos los rincones del país el acontecimiento fue recibido con júbilo extraordinario, en Angol inmediatamente se vivieron escenas de algarabía, la gente se reunió en la plaza de Armas, y las autoridades se comprometieron a traer al Capitán Larraguibel para recibir el homenaje de su ciudad natal. Fue así como tras arduos preparativos y gestiones el día domingo 13 de marzo de 1949 era recibido en la Estación por autoridades civiles, militares, huasos montados con especial brío, niños y jóvenes a caballo, estudiantes, el grupo de Exploradores Boy Scout y Girl Guides. Larraguibel venía acompañado del General en Jefe del Ejército Ramón Cañas Montalba, y junto a la multitud comenzaron la marcha en improvisado desfile encabezado por la Banda del Regimiento Húsares y cerrado en retaguardia por la Banda del Regimiento de Artillería Miraflores de Traiguen,(la madre de Larraguibel, Filomena Morales era traiguenina) en el trayecto desde la Estación a la Plaza de Armas, el tramo además había sido engalanado con Arcos de Flores elaborados por Bomberos, Carabineros, Municipio y Dirección de Caminos. La apoteósica marcha se vio hermoseada en todo momento por estudiantes de todas las edades y Colegios, Escuela Normal y Liceos que se apostaban a ambos lados de la calzada, lanzando flores al Capitán Larraguibel.
A su llegada a la Plaza, las autoridades locales encabezadas por el alcalde Juan Alfonso Seguel le aguardaban en lo alto del Odeón. Inicio el acto con la Canción de Yungay. A continuación se le hizo entrega de una medalla de oro que había sido confeccionada con recursos de vecinos, municipio y el Regimiento Húsares. Luego del Himno Nacional el capitán Larraguibel dio un discurso. Posteriormente se realizó un almuerzo en dependencias del casino del Regimiento.
Por la tarde también fue objeto de homenaje en dependencias del Club de Tenis, y finalmente por la noche se continuó con una fiesta en el Club Social.
Al día siguiente la comitiva fue conducida al fundo Ñipaco, cuyo anfitrión José Olegario Cortes ofreció un almuerzo, oportunidad también para que don Luis Cortes Allende obsequio un caballo al Sr. Larraguibel.
Son los recuerdos de un momento que quedo para siempre en el corazón de Alberto Larraguibel, quien desde entonces se convirtió en el hijo predilecto de Angol. Algunos años después tuvo la dicha de volver investido como Comandante del Regimiento Húsares entre los años 1963 y 1966. Además el día 7 de diciembre de 1987 en un nuevo Aniversario de la última fundación de la ciudad fue nombrado Hijo Ilustre.
La Escuela de Equitación del Ejército de Chile, ubicada dentro del Campo Militar San Isidro del General Ricardo Izurieta Caffarena en Quillota, donde se encuentra una copia de la valla del histórico salto de 1949, y el estadio municipal de Angol llevan su nombre. El 5 de febrero de 1999, Correos de Chile emitió un sello postal conmemorativo por el cincuentenario del salto.
En la plazoleta situada en la esquina de las avenidas Américo Vespucio con Departamental, en la comuna de La Florida, se levantó una réplica del obstáculo de 2,47 metros de altura. Posteriormente, por medio de la ley 19417 de 1995, se autorizó la erección de dos monumentos para honrarlo: uno en Angol y otro en Viña del Mar.
El 14 de diciembre de 2007, se inauguró el monumento «Capitán de Ejército Alberto Larraguibel», ubicado en la Avenida Jorge Montt, en el paseo costero de Las Salinas, justo enfrente de donde antiguamente se encontraba el Regimiento de Caballería № 4 «Coraceros». La figura fue obra de Francisco Javier Torres y tuvo un coste de 85 millones de pesos; es de bronce, mide 4,2 metros de altura y pesa cerca de cuatro toneladas. Está compuesta de tres secciones: la base —con alegorías de la Fuerza y la Victoria sosteniendo al caballo—; el caballo Huaso, y el jinete Alberto Larraguibel.
En 2013 el motor de búsqueda Google conmemoró el 64.º aniversario del salto con un doodle en su página principal.
La ciudad de Angol posee 4 monumentos de la Hazaña del binomio del Salto Record del Mundo.
– Réplica del Salto Alto en Parque Alberto Larraguibel Morales
– Réplica del Salto Alto en Estadio Alberto Larraguibel Morales
– Placa Conmemorativa Frontis Ilustre Municipalidad de Angol
– Réplica del Salto en Regimiento Húsares N° 3
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